El Peugeot 206 en versión HDI 2.0L119 CV. Todo fuego, todo gasóleo.
Nuestras Impresiones :
Como propietarios de un asmático coche de gasolina, cansado de pagar casi ocho francos por su litro de súper, usted se pregunta si el hada del automóvil no tendría la varita mágica para sacarle de este apuro. Al no encajar muy bien ahorro con potencia, encontrar la horma de su zapato no es cosa fácil. Sin embargo, el 206 HDI presentado aquí, forma parte de esas raras excepciones que confirman la regla, según la cual conducir gasóleo deja de ser una tara. Uniendo flexibilidad de conducción y deportividad a todos los niveles, sabe mostrarse eficaz, con un presupuesto dócil, y agresivo según su estado de ánimo del momento. A partir de un milésimo 2000, Sébastien su propietario, no satisfecho de los 90 CV originales, se apresuró en cuanto lo compró, a confiar su vehículo en las manos expertas de la sociedad Power System, ubicada en Wasquehal a la periferia de Lille. Dotado de una caja adicional, colocada en el sistema Common Raíl original, el coche adquiere 30 CV y 5 mkg de par adicionales, lo que permite conseguir recuperaciones dignas de una berlina.

Este aumento resultante y medido permite al coche ser más nervioso: es necesario entonces desde las 1.500 vueltas dosificar el pedal del acelerador, so pena de dejar goma en el asfalto. El par formidablemente presente permite responder en cualquier circunstancia y régimen. Sin ser dantesca, la aceleración se realiza franca e incisiva a 2.500 vueltas, la aguja del cuentarrevoluciones hace entonces un salto y le recuerda la urgencia de cambiar de marcha. El otro punto fuerte del coche es su chasis. Su diseño original no sufre por el aumento obtenido, así la potencia y el par complementarios encajan de maravilla con la máquina. Con 2,5 segundos menos en el kilómetro cronometrado y en recuperación de 80 a 120 km/h, el coche muestra claramente un carácter deportivo. En velocidad punta, el cambio es aún más radical. Gracias a la misma plataforma que el 516, los quince kilómetros por hora de mejora no repercuten en nada sobre la estabilidad del coche, haciéndolo seguro desde todos los puntos de vista. Una preparación más bien razonable que satisfará a los más indecisos. ¡Los detractores del gasóleo van a cambiar de opinión! Un éxito total.